miércoles, 5 de mayo de 2010

Comentario sobre uno de los links

Al visitar los diferentes links, me sentí obligada a hacer un relato sobre las fotografías humanitarias, cuyo premio lo realiza la organización Médicos del Mundo. Estas espectaculares tomas, captadas en el momento exacto, reflejan la cruel realidad que deben enfrentar algunos humanos en este mundo, e indudablemente, las más crudas son las que retratan a niños. Es por eso que la fotografía del niño africano desnudo en medio de la calle, bajo la lluvia, manifiesta soledad y resignación por parte de este pequeño, ya que su mirada introvertida y su postura tapándose los genitales en el medio de la nada, denotan cierta inhibición y vulnerabilidad ante la situación en la que se encuentra.

Así como también es muy impresionante la imagen tomada en un refugio haitiano, donde el paisaje muestra una laguna con agua putrefacta, rodeada por un cúmulo de basura sobre las que se encuentran dos cerdos, y de fondo, las precarias viviendas de chapas oxidadas; todo esto contrasta con la pulcritud de la niña sobre la laguna, con su vestido radiante y prolijamente peinada. Otra imagen que me impactó demasiado fue la de un niño desfigurado, con un ojo cerrado por sus parpados hinchados, que tapaba su boca con su manito avejentada, llena de arrugas ocasionadas por el trabajo infantil.

Como éstas, hay muchas imágenes en este artículo que producen dolor e impotencia, pero debo reconocer que fueron dos las fotografías que me llenaron de ira y angustia, son las que retratan la violencia post electoral en niños keniatas. Una de ellas nos muestra la desesperación de un niño por evitar la violencia, enfrentándose valientemente a las fuerzas, con su mano derecha les hace un gesto para que se detengan y les grita como dando una orden, tiene una postura muy firme como si fuera un adulto, aunque sus ojos demuestran temor, lo cual es lógico que se vea amenazado ante esa porra de madera que sostiene la mano de un soldado que se ve en primer plano. La otra fotografía muestra el dolor de una inocente niña llorando, tapándose los ojos con su pequeño muñón, y sobre ella la mano de su madre como si estuviera por acariciarla o abrazarla.

Todas estas imágenes me provocan "shock", porque el imaginario popular de infancia supone que ésta es una etapa alegre, feliz, sana… en la que los niños no tienen grandes responsabilidades, ni preocupaciones como los adultos; sin embargo, estos retratos dejan en claro que también existen otras infancias, en las que se desconoce ese encanto de la niñez y los derechos del infante no existen.

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